La sociedad del conocimiento, un reto para las tecnologías de la información y la comunicación
Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas
Josefina Duarte Sánchez
Resumen
En este ensayo están expresadas las premisas para construir una sociedad del conocimiento que promueva la autonomía y el ejercicio consciente de la ciudadanía, a partir de diseñar materiales e información basadas en la teoría del pensamiento crítico y adaptadas a las tecnologías de la información y comunicación.
Introducción
Deseo compartir con todas aquellas personas interesadas en los procesos educativos de nuestro país, mis inquietudes con respecto a la sociedad del conocimiento y su relación con las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Históricamente, el acceso equitativo a los procesos educativos ha constituido el reto más difícil de vencer para las sociedades organizadas en torno a un proyecto democrático e incluyente.
Todo proceso educativo es social; sólo el hombre requiere de la presencia de sus congéneres para garantizar su supervivencia y más tarde, el aprendizaje de los significados culturales más importantes para su grupo social.
Al ser un proceso de carácter social la educación está íntimamente relacionada con la economía, la política y la comunicación, entre otras categorías sociales.
Es por ello, que lo que impacta alguna de estas áreas de la vida social, impacta también a la educación.
De ahí que el tan invocado desarrollo acelerado de las tecnologías de la información y la comunicación sea un fenómeno que debe interesar a todo educador.
Desafortunadamente no ocurre así, en parte por lo que menciona Gardner (2005) llevamos tanto tiempo haciéndolo así que sabemos que está bien, es decir, llevamos tanto tiempo “transmitiendo conocimientos” con base en la exposición de ideas, sin cuestionar cuáles de ellas son realmente interesantes para el educando, cómo las puede o quiere aplicar, cómo las interpretó o lo que es peor si siquiera las comprendió, que hemos llegado a creer de verdad que eso es educar.
En el desarrollo de este ensayo expondré mi punto de vista respecto a lo que significa educar para formar una sociedad del conocimiento y cómo podemos aprovechar las nuevas tecnologías para insertar en esa sociedad a los jóvenes de nuestro país.
Tránsito de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento
Nuestra posición geopolítica, nos coloca en una situación paradigmática con relación al desarrollo de la tecnología, por un lado somos los vecinos de un país que impulsa y desarrolla tecnología de punta en todas las áreas del quehacer humano; ello nos da la ventaja de acceder más rápido que otros países a estas tecnologías, pero esa ventaja genera la desventaja del uso indiscriminado de dichos avances tecnológicos, ya que al no formar parte de la planeación de políticas públicas al respecto, se utilizan con criterios muy ajenos al desarrollo del país o inclusive se utilizan sin criterio.
En el caso del tema que nos ocupa, es claro que la posibilidad de adquirir una computadora y con ello acceso a la red, adelantó por mucho a los planes y programas de estudio de todos los niveles y desde luego a los planes de formación y actualización docente.
El resultado palpable es que tanto los docentes como los estudiantes carecen de información y formación respecto a cómo utilizar esta tecnología a favor de los procesos educativos.
En un país donde sólo el dos por ciento de la población tiene el hábito de la lectura y en promedio, según el INEGI, se lee 1.5 libros por persona al año, el contar con una PC en casa que proporciona todo tipo de información, juegos y entretenimientos constituye un elemento distractor muy importante.
A esa situación añadiremos que los docentes desarrollaron en los últimos cinco años un fuerte rechazo a la información que sus estudiantes encontraban en la red, a grado tal que algunos, no pocos, llegaron a prohibir el uso de esta tecnología para realizar trabajos escolares, por supuesto tuvieron muy poco éxito, los estudiantes abiertamente se opusieron a prescindir de las facilidades que les brindaba “bajar” y “pegar” información sin tomarse la molestia de analizarla y muchas veces ni siquiera de leerla.
Este panorama contradictorio y absolutamente desconectado de los objetivos y propósitos de un acto educativo, conformó las condiciones para que la tecnología se convirtiese en una especie de manzana de la discordia que dividía a educadores y estudiantes e incluso a los educadores entre sí.
Así fue que los jóvenes aprendieron por sí mismos y con el apoyo de sus pares, el cómo, cuándo, dónde y para qué utilizar la tecnología de la información y comunicación.
Y así fue también como los docentes aprendieron con mucha frustración que les era imposible revisar toda la información existente en la red para saber si un estudiante había cometido plagio.
Afortunadamente hubo quien no se peleó con las innovaciones tecnológicas, sino que se acercó a ellas y descubrió que podían ser auxiliares invaluables en el proceso educativo, pues proporcionaban información actualizada, versátil y plural que en condiciones tradicionales llevaría años reunir y mucho más tiempo, sistematizar e interpretar.
Es de esta manera como la educación se enfrenta al nacimiento de la sociedad de la información, es decir, de acuerdo a la definición de Cisneros, García y Lozano (cito En Casas, 2005) la producción, el tratamiento y la distribución de la información.
El pensamiento crítico y la sociedad del conocimiento
Por otra parte, y esto es fundamental para armar la visión completa de la relación de las TIC con la sociedad del conocimiento, el status del pensamiento crítico en los procesos educativos es prácticamente nulo.
Los planes y programas de estudio y con ellos los docentes, aún visualizan el acto educativo como un acto de dar, suministrar, proveer, transferir conocimientos.
Esa concepción está muy alejada de la que otorga al docente la posición de: guiar, orientar, producir retos, contribuir al tránsito de la dependencia a la independencia de sus educandos. (Díaz, 1999).
La sociedad del conocimiento exige que los docentes promuevan, como lo dice Facione (2007) la interpretación, análisis, evaluación, inferencia, y explicación de los conceptos, teorías y prácticas propuestas a los estudiantes que les permitan arribar a la autorregulación, es decir, poner en práctica la metacognición, descubriendo su forma personal de producir conocimiento a partir de criticar la información que se le acerca.
De ahí, que la pinza formada por el uso indiscriminado de las tecnologías de la información y comunicación y la educación concebida como un proceso que dota de información sin más objetivo que el estudiante la reproduzca, haya logrado una sociedad de la información muy deformada y mantenga a los jóvenes en situación de indefensión frente a los retos de crear valor agregado en sus ámbitos laborales, ser actores principales en el desarrollo de nuestra sociedad, contribuir y fortalecer la apropiación social del conocimiento.
Las comunidades cuyo eje de desarrollo está anclado en el conocimiento como señala Casas (2005) permiten que las tecnologías y la comunicación puedan usarse para codificar, transmitir y mejorar la difusión de nuevos conocimientos. Las comunidades conforman redes de individuos que producen y divulgan nuevos conocimientos.
Gardner (2005) al hablar de la disciplinariedad nos dice que el aprendizaje para ser considerado como tal, debe ser aplicable a otro ámbito, una persona que construye su conocimiento debe ser capaz de aprovechar dicho conocimiento en cualquier disciplina o ámbito de su vida cotidiana.
Es por ello que el ser poseedor de información no garantiza haber producido conocimiento, si el estudiante solamente puede evocar la información, repetirla o parafrasearla no ha aprendido cosa alguna.
El acceso a las TIC sin guía ni orientación, ha producido precisamente ese fenómeno, las personas pueden repetir hasta el infinito una noticia, una teoría política, la biografía de algún personaje; pero no son capaces de aplicar esa información para solucionar problemas semejantes a los incluidos en la noticia, o analizar a la luz de la teoría política de que se trate la situación de su país.
Es crucial para el desarrollo equitativo de nuestra sociedad, que iniciemos ya, la construcción de una sociedad del conocimiento donde los jóvenes disfruten de la tecnología que les es tan preciada y al mismo tiempo construyan el conocimiento que los acerque a la calidad de ciudadanos capaces de evaluar hechos y dichos para tomar con base en esa evaluación las decisiones de cada día y las que afectan a la sociedad toda.
Cuentan que Lázaro Cárdenas al pasear por Chapultepec preguntó cuánto tiempo tomaba el formar un bosque de ahuehuetes, le respondieron que dos mil años y entonces él exclamó pues entonces debemos empezar ¡ya!.
Conclusiones
El usar las TIC a favor de la creación y consolidación de una sociedad del conocimiento implica un cambio en el paradigma de educación y una urgente formación de docentes comprometidos con el quehacer educativo que se den a la tarea de conocer las TIC y generar los materiales que hagan de su uso una herramienta de construcción del conocimiento.
Facilitar el tránsito de los estudiantes, de miembros de la sociedad de la información a partícipes de la sociedad del conocimiento exige capacitación y actualización permanente en el manejo de la tecnología y compromiso con la formación de estudiantes capaces de ejercer el pensamiento crítico para evaluar las situaciones que les demanden tomar decisiones.
El desarrollo de la sociedad del conocimiento garantiza una sociedad más equitativa; cuando un profesional es capaz de analizar sus decisiones laborales no sólo desde el punto de vista de su área de conocimiento o estrictamente personal, sino tomando en cuenta las consecuencias sociopolíticas de su quehacer, seguramente la construcción, por ejemplo, de un puente , será evaluada desde la óptica del paisaje urbano, de la afectación que se haga a los vecinos del lugar, de su pertinencia para futuras generaciones.
En la sociedad del conocimiento los docentes proponen retos que contribuyan a comparar, interpretar y concluir sobre la información, si esas habilidades del pensamiento se ejercitan utilizando la inconmensurable información que hay en la red, los estudiantes no se conformarán con copiar y pegar, serán capaces de criticar y evaluar, pero hay más qué hacer, por ejemplo, el docente puede iniciar una comunidad virtual donde todos se sientan cómodos, admitidos, aceptados y puedan compartir lo mismo artículos del periódico, su experiencia con relación a una película o su frustración a l no encontrar la información que necesitan.
Una comunidad virtual donde la única condición sea el respeto hacia el otro y la única finalidad, convertirla en el ágora de los griegos, en el espacio virtual de intercambio de ideas.
Listado final de referencias
Josefina Duarte Sánchez
Resumen
En este ensayo están expresadas las premisas para construir una sociedad del conocimiento que promueva la autonomía y el ejercicio consciente de la ciudadanía, a partir de diseñar materiales e información basadas en la teoría del pensamiento crítico y adaptadas a las tecnologías de la información y comunicación.
Introducción
Deseo compartir con todas aquellas personas interesadas en los procesos educativos de nuestro país, mis inquietudes con respecto a la sociedad del conocimiento y su relación con las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Históricamente, el acceso equitativo a los procesos educativos ha constituido el reto más difícil de vencer para las sociedades organizadas en torno a un proyecto democrático e incluyente.
Todo proceso educativo es social; sólo el hombre requiere de la presencia de sus congéneres para garantizar su supervivencia y más tarde, el aprendizaje de los significados culturales más importantes para su grupo social.
Al ser un proceso de carácter social la educación está íntimamente relacionada con la economía, la política y la comunicación, entre otras categorías sociales.
Es por ello, que lo que impacta alguna de estas áreas de la vida social, impacta también a la educación.
De ahí que el tan invocado desarrollo acelerado de las tecnologías de la información y la comunicación sea un fenómeno que debe interesar a todo educador.
Desafortunadamente no ocurre así, en parte por lo que menciona Gardner (2005) llevamos tanto tiempo haciéndolo así que sabemos que está bien, es decir, llevamos tanto tiempo “transmitiendo conocimientos” con base en la exposición de ideas, sin cuestionar cuáles de ellas son realmente interesantes para el educando, cómo las puede o quiere aplicar, cómo las interpretó o lo que es peor si siquiera las comprendió, que hemos llegado a creer de verdad que eso es educar.
En el desarrollo de este ensayo expondré mi punto de vista respecto a lo que significa educar para formar una sociedad del conocimiento y cómo podemos aprovechar las nuevas tecnologías para insertar en esa sociedad a los jóvenes de nuestro país.
Tránsito de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento
Nuestra posición geopolítica, nos coloca en una situación paradigmática con relación al desarrollo de la tecnología, por un lado somos los vecinos de un país que impulsa y desarrolla tecnología de punta en todas las áreas del quehacer humano; ello nos da la ventaja de acceder más rápido que otros países a estas tecnologías, pero esa ventaja genera la desventaja del uso indiscriminado de dichos avances tecnológicos, ya que al no formar parte de la planeación de políticas públicas al respecto, se utilizan con criterios muy ajenos al desarrollo del país o inclusive se utilizan sin criterio.
En el caso del tema que nos ocupa, es claro que la posibilidad de adquirir una computadora y con ello acceso a la red, adelantó por mucho a los planes y programas de estudio de todos los niveles y desde luego a los planes de formación y actualización docente.
El resultado palpable es que tanto los docentes como los estudiantes carecen de información y formación respecto a cómo utilizar esta tecnología a favor de los procesos educativos.
En un país donde sólo el dos por ciento de la población tiene el hábito de la lectura y en promedio, según el INEGI, se lee 1.5 libros por persona al año, el contar con una PC en casa que proporciona todo tipo de información, juegos y entretenimientos constituye un elemento distractor muy importante.
A esa situación añadiremos que los docentes desarrollaron en los últimos cinco años un fuerte rechazo a la información que sus estudiantes encontraban en la red, a grado tal que algunos, no pocos, llegaron a prohibir el uso de esta tecnología para realizar trabajos escolares, por supuesto tuvieron muy poco éxito, los estudiantes abiertamente se opusieron a prescindir de las facilidades que les brindaba “bajar” y “pegar” información sin tomarse la molestia de analizarla y muchas veces ni siquiera de leerla.
Este panorama contradictorio y absolutamente desconectado de los objetivos y propósitos de un acto educativo, conformó las condiciones para que la tecnología se convirtiese en una especie de manzana de la discordia que dividía a educadores y estudiantes e incluso a los educadores entre sí.
Así fue que los jóvenes aprendieron por sí mismos y con el apoyo de sus pares, el cómo, cuándo, dónde y para qué utilizar la tecnología de la información y comunicación.
Y así fue también como los docentes aprendieron con mucha frustración que les era imposible revisar toda la información existente en la red para saber si un estudiante había cometido plagio.
Afortunadamente hubo quien no se peleó con las innovaciones tecnológicas, sino que se acercó a ellas y descubrió que podían ser auxiliares invaluables en el proceso educativo, pues proporcionaban información actualizada, versátil y plural que en condiciones tradicionales llevaría años reunir y mucho más tiempo, sistematizar e interpretar.
Es de esta manera como la educación se enfrenta al nacimiento de la sociedad de la información, es decir, de acuerdo a la definición de Cisneros, García y Lozano (cito En Casas, 2005) la producción, el tratamiento y la distribución de la información.
El pensamiento crítico y la sociedad del conocimiento
Por otra parte, y esto es fundamental para armar la visión completa de la relación de las TIC con la sociedad del conocimiento, el status del pensamiento crítico en los procesos educativos es prácticamente nulo.
Los planes y programas de estudio y con ellos los docentes, aún visualizan el acto educativo como un acto de dar, suministrar, proveer, transferir conocimientos.
Esa concepción está muy alejada de la que otorga al docente la posición de: guiar, orientar, producir retos, contribuir al tránsito de la dependencia a la independencia de sus educandos. (Díaz, 1999).
La sociedad del conocimiento exige que los docentes promuevan, como lo dice Facione (2007) la interpretación, análisis, evaluación, inferencia, y explicación de los conceptos, teorías y prácticas propuestas a los estudiantes que les permitan arribar a la autorregulación, es decir, poner en práctica la metacognición, descubriendo su forma personal de producir conocimiento a partir de criticar la información que se le acerca.
De ahí, que la pinza formada por el uso indiscriminado de las tecnologías de la información y comunicación y la educación concebida como un proceso que dota de información sin más objetivo que el estudiante la reproduzca, haya logrado una sociedad de la información muy deformada y mantenga a los jóvenes en situación de indefensión frente a los retos de crear valor agregado en sus ámbitos laborales, ser actores principales en el desarrollo de nuestra sociedad, contribuir y fortalecer la apropiación social del conocimiento.
Las comunidades cuyo eje de desarrollo está anclado en el conocimiento como señala Casas (2005) permiten que las tecnologías y la comunicación puedan usarse para codificar, transmitir y mejorar la difusión de nuevos conocimientos. Las comunidades conforman redes de individuos que producen y divulgan nuevos conocimientos.
Gardner (2005) al hablar de la disciplinariedad nos dice que el aprendizaje para ser considerado como tal, debe ser aplicable a otro ámbito, una persona que construye su conocimiento debe ser capaz de aprovechar dicho conocimiento en cualquier disciplina o ámbito de su vida cotidiana.
Es por ello que el ser poseedor de información no garantiza haber producido conocimiento, si el estudiante solamente puede evocar la información, repetirla o parafrasearla no ha aprendido cosa alguna.
El acceso a las TIC sin guía ni orientación, ha producido precisamente ese fenómeno, las personas pueden repetir hasta el infinito una noticia, una teoría política, la biografía de algún personaje; pero no son capaces de aplicar esa información para solucionar problemas semejantes a los incluidos en la noticia, o analizar a la luz de la teoría política de que se trate la situación de su país.
Es crucial para el desarrollo equitativo de nuestra sociedad, que iniciemos ya, la construcción de una sociedad del conocimiento donde los jóvenes disfruten de la tecnología que les es tan preciada y al mismo tiempo construyan el conocimiento que los acerque a la calidad de ciudadanos capaces de evaluar hechos y dichos para tomar con base en esa evaluación las decisiones de cada día y las que afectan a la sociedad toda.
Cuentan que Lázaro Cárdenas al pasear por Chapultepec preguntó cuánto tiempo tomaba el formar un bosque de ahuehuetes, le respondieron que dos mil años y entonces él exclamó pues entonces debemos empezar ¡ya!.
Conclusiones
El usar las TIC a favor de la creación y consolidación de una sociedad del conocimiento implica un cambio en el paradigma de educación y una urgente formación de docentes comprometidos con el quehacer educativo que se den a la tarea de conocer las TIC y generar los materiales que hagan de su uso una herramienta de construcción del conocimiento.
Facilitar el tránsito de los estudiantes, de miembros de la sociedad de la información a partícipes de la sociedad del conocimiento exige capacitación y actualización permanente en el manejo de la tecnología y compromiso con la formación de estudiantes capaces de ejercer el pensamiento crítico para evaluar las situaciones que les demanden tomar decisiones.
El desarrollo de la sociedad del conocimiento garantiza una sociedad más equitativa; cuando un profesional es capaz de analizar sus decisiones laborales no sólo desde el punto de vista de su área de conocimiento o estrictamente personal, sino tomando en cuenta las consecuencias sociopolíticas de su quehacer, seguramente la construcción, por ejemplo, de un puente , será evaluada desde la óptica del paisaje urbano, de la afectación que se haga a los vecinos del lugar, de su pertinencia para futuras generaciones.
En la sociedad del conocimiento los docentes proponen retos que contribuyan a comparar, interpretar y concluir sobre la información, si esas habilidades del pensamiento se ejercitan utilizando la inconmensurable información que hay en la red, los estudiantes no se conformarán con copiar y pegar, serán capaces de criticar y evaluar, pero hay más qué hacer, por ejemplo, el docente puede iniciar una comunidad virtual donde todos se sientan cómodos, admitidos, aceptados y puedan compartir lo mismo artículos del periódico, su experiencia con relación a una película o su frustración a l no encontrar la información que necesitan.
Una comunidad virtual donde la única condición sea el respeto hacia el otro y la única finalidad, convertirla en el ágora de los griegos, en el espacio virtual de intercambio de ideas.
Listado final de referencias
Casas, R. & Detmer, J. “Sociedad del conocimiento, capital intelectual y organizaciones innovadoras.” ( s,f) Recuperado el 15 de mayo de 2009 de rcasas@servidor.unam.mx, dettjora@servidor.unam.mx
Díaz, B.F. (1997 ). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Recuperado el 25 de mayo de http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=300289 - 11k –
Díaz, B.F & Hernández, R.G. (1999). Constructivismo y aprendizaje significativo. Recuperado el 22 de mayo de 2009 de http://diplomado.constructivista.googlepages.com/Cap2-relacionado-con-FDB.pdf - -
Facione, P.(2007) Pensamiento crítico: ¿qué es y por qué es importante? Recuperado el 25 de mayo de 2009 de http://www.eduteka.org/Pensamiento CríticoFacionephp
Gardner, H.(2005)La mente disciplinada en: Las cinco mentes del futuro un ensayo educativo.Barcelona; Paidós, pp 23-40
Gutiérrez A (2007), Integración curricular de las tic y educación para los medios en la sociedad del conocimiento. Recuperado el 1 de mayo de 2009 de http://www.rieoei.org/rie45a06.pdf
Tercero, M. ( 2005) ¿Qué se lee en México? Recuperado el 22 de mayo de 2009 de www.eluniversal.com.mx./gráficos/confabulario/03-dic-05.htm
La lectura: motor de la educación latinoamericana. (S.f.) Recuperado el 22 de mayo de 2009 de Portal.educar.org/foros/la-lectura-motor- de- la- educación- latinoamericana- 28K
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